Durante un tiempo, el Bugatti Veyron, en su configuración 16.4 Super Sport, fue el automóvil de producción en serie más rápido del mundo. Su motor de 8.0 litros, con 4 turbos y 16 cilindros generaba 1200 caballos de fuerza que permitían alcanzar una velocidad máxima de 430 km/h. Un récord difícil de batir.
La industria de los autos de performance es un juego donde hay mucha competencia y donde todos buscan ser los mejores todo el tiempo, y en febrero de 2014, el Hennessey Venom GT se convirtió en el nuevo auto más rápido del mundo alcanzando una velocidad máxima de 435 km/h, superando al Veyron por apenas 5 km/h.